Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba / engánchalos a tu alma con ganchos de acero.
Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo.
Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.
No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande.
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia.
Guarda a tu amigo bajo la llave de tu propia vida.
Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras.
Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez.
Cualquiera puede dominar un sufrimiento, excepto el que lo siente.
De lo que tengo miedo es de tu miedo.
Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras.
El desdichado no tiene otra medicina que la esperanza.
Sería muy poco feliz si pudiera decir hasta qué punto lo soy.
La fortuna llega en algunos barcos que no son guiados.
Asume una virtud si no la tienes
Hasta la propia virtud se convierte en vicio cuando es mal aplicada.
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